Trastorno disociativo: Vivir a través de un espejo

Trauma y disociación

martes, 30 de julio de 2024

11:39

   El trauma psicológico y la disociación tienen consecuencias devastadoras para quienes lo sufren.

   Las personas con estrés postraumático y disociación pueden sentir distanciamiento de la realidad, sensación de estar poco presentes, o de vivir, como much@s dicen, «observando a través de un espejo», con la sensación de que sus cuerpos y sus propias vidas no les pertenecen. Es como estar en piloto automático y no poder empaparse de lo que ocurre alrededor de un@.

   Por desgracia, estos son solo algunos de los síntomas. Puede haber también sentimientos de un profundo vacío y soledad que no parecen rellenarse nunca, dificultades en la relaciones íntimas con otras personas, problemas para regular las emociones, síntomas físicos variados y aparentemente inexplicados, insomnio, confusión de identidad…

   Hay además episodios en los que parece que un@ es raptado por sensaciones físicas poderosas y angustiosas, o todo lo contrario, en los que surge una «desconexión» en los que la persona parece distanciarse de sí mism@ y de su experiencia en ese momento. Algunas personas también pueden sentir voces o pensamientos que no reconozcan como propios.

   Las personas con trauma pueden tener la sensación de vivir en un caos interno. A veces, como medida para poner orden a ese mundo interno, algunas exhiben un control amplificado en su mundo externo, volviéndose poco flexibles y controladoras. También pueden agredir a su propia salud o integridad con conductas autodestructivas o autolesiones.

   En la disociación, la mente ha desconectado de un cuerpo cargado de sensaciones y emociones intolerables. Con el tiempo, la mente sigue invirtiendo más y más energía en mantener esas experiencias apartadas. Es lo que se llama la fobia a las partes disociadas.

   Mantener ese mundo interno tan activo requiere muchísima energía, y eso genera un alto desgaste.

   En muchas ocasiones, lo que les mueve a pedir ayuda es que se sienten agotad@s. Muy agotad@s.

   Puede costarles definir lo que les ocurre, pueden no tener palabras para ello, pero lo que sí tienen claro es que se siente exhaust@s. A veces, esto es todo lo que traen a consulta, y por ello es necesaria una buena exploración para poder atender las múltiples caras de la disociación, que además puede requerir de diversos tipos de abordaje según la fase que se esté transitando.

   Es habitual que acumulen más de 4 ó 5 diagnósticos antes de presentarse en nuestra consulta (Tno de personalidad límite, TDAH, Tno obsesivo, Tno bipolar, psicosis, Tno por síntomas somáticos, Tno depresivo, de pánico, Conducta adictiva, Tno de conducta alimentaria…) y hayan pasado por varios profesionales.

   La primera fase del tratamiento es esencial realizarla tomándose el tiempo necesario sin querer precipitarse a reprocesar experiencias traumáticas. A veces esta primera fase puede llevar incluso años, o toda una vida, pero es fundamental que esté bien asentada para poder continuar el proceso de sanación. ¿Y en qué consiste esta primera fase? En muchas cosas…pero la primera, primerísima, es ofrecer refugio y seguridad, porque si algo define al trauma, es la indefensión de quien lo sufre. Por ello, la primera medida es que puedan sentir que están segur@s. Y esto, aunque parece obvio desde fuera, no lo es tanto para las víctimas, para quienes la indefensión y el terror están aún muy vivos…